UNA VEZ ANTE UN MÉDICO FAMOSO, LLEGÓ UN HOMBRE DE MIRAR SOMBRÍO.
--Sufro de un mal tan espantoso como esta palidez del rostro mío
Ya nada me alegra ni divierte,
vivo en un eterno "spleeng"
y es mi única pasión la de la muerte.
** ¡Viajad y os distraeréis! (repuso el médico)
-- Tanto he viajado.
** Las lecturas buscad....
-- Tanto he leído.
** Que os ame una mujer.
-- ¡Si soy amado!
** ¿Pobre seréis tal vez?
-- Tengo riquezas.
** De lisonjas, ¿gustáis?
-- ¡Tantas escucho!
**¿Qué tenéis de familia?
-- Mis tristezas.
**¿Váis a los cementerios?
-- Mucho........, mucho.
** Me deja perplejo vuestro mal.
Mas no debo acobardaos.
Solo vindo a Garrick podráis curar.
--¿A Garrick?
**Siiiii, la más remisa y austera
sociedad le busca ansiosa.
Tiene una gracia artística asombrosa.
--¿Y a mi me hará reir?
**Si. Os lo juro.
--Así (dijo el enfermo) ¡No me curo!
Yo soy Garrick, cambiadme la receta.
EPÍLOGO:
Cuantos hay que cansados de la vida
hacen reir como el actor suicida
sin encontrar para su mal remedio.
Las vidas son breves mascaradas:
aquí aprendemos, a reir con llanto
y a lloras a carcajadas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario